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¿Estamos decepcionados de la democracia?

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Giselle Flores
Víctor S. Romero
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¿Estamos decepcionados de la democracia? Empty ¿Estamos decepcionados de la democracia?

Mensaje  Admin Mar Nov 22, 2011 2:29 pm

Desde mi perspectiva la democracia, como forma de gobierno y práctica social, nunca se consolidó en México, y más bien nunca se alcanzó. Sin embargo, mucha gente tenía esperanzas que con la transición de gobierno se podrían resolver muchos de los rezagos sociales del país, pero la realidad fue otra, la cacareada democracia no mejoró la vida de muchos mexicanos, por lo que se ha generado una frustación de ella. Todo esto lo expresa los resultados de la encuesta de latinobarómetro sobre la democracia en América Latina, como lo analiza Héctor Tajonar en su artículo del miércoles 16 de noviembre de 2011 en Milenio diario:

Decepción e incertidumbre
Héctor Tajonar
México es el país más insatisfecho con el funcionamiento de su democracia entre 18 naciones de América Latina. De acuerdo con la encuesta Latinobarómetro 2011, México ocupa el último lugar en la respuesta a la pregunta ¿qué tan satisfecho está con la forma en que opera la democracia en su país? Sólo 23 por ciento de los mexicanos dijo estarlo. En contraste, 72 por ciento de los uruguayos se manifiestan orgullosos de su sistema democrático. La media latinoamericana es de 39 por ciento.

Sólo 22 por ciento de los mexicanos piensa que el país está progresando, y únicamente 16 por ciento cree que la democracia está mejorando. El porcentaje de compatriotas que consideran a la democracia preferible a cualquier otra forma de gobierno, se reduce a 40 y a 36 por ciento le da lo mismo. Ello representa el nivel más bajo de aprecio por la democracia, con excepción de Guatemala.

Además, México es el cuarto país de la región que menos confianza le tiene a su gobierno, detrás de Guatemala, República Dominicana y Nicaragua. Sólo una tercera parte de la mexicanos (31%) confía en sus gobernantes, la media latinoamericana es de 45 por ciento. La confianza en los bancos en México es igualmente baja (34%).

Sólo 37 por ciento de los mexicanos cree que el Estado ha hecho algo por el país, la puntuación más baja de la región después de Guatemala, Honduras y República Dominicana, en contraste con 72 por ciento de Uruguay y 63 de Panamá. No obstante, 51 por ciento de los mexicanos opina que la política que más los ha beneficiado es la de salud, el porcentaje más alto de la región. El indicador de vivienda es de 16 por ciento y el de educación de 33.

En cultura cívica la posición de México también es de las más bajas de la región. En el país existe la percepción de que sólo la quinta parte de los ciudadanos (19%) cumplen con la ley, únicamente por encima de Bolivia (16%) y Perú (12%). La mayoría de los latinoamericanos (63%) piensa que los grupos más poderosos de la sociedad son quienes menos cumplen con la ley, tanto los políticos (47%) como los millonarios (44%).

La opinión acerca del sector empresarial tampoco es positiva. Sólo la mitad de los mexicanos piensa que la empresa privada es indispensable para el desarrollo del país, la cifra más baja con excepción de Guatemala, en contraste con 77 de Panamá.

Por otra parte, sólo 17 por ciento cree que se gobierna para todo el pueblo y exclusivamente 15 por ciento piensa que existe una justa distribución de la riqueza. 39 por ciento de los mexicanos espera que la situación económica del país, y la suya personal, mejore en los próximos 12 meses.

Otro dato revelador: más de la mitad (55%) de los mexicanos percibe que el más grave problema no resuelto de nuestra democracia es el de la corrupción, y sólo 34 por ciento opina que el Estado es capaz de solucionarlo. De nuevo, México se encuentra a la zaga, por encima únicamente de Honduras y Guatemala.

De acuerdo con Latinobarómetro, la violencia es el segundo problema más grave del país. La percepción acerca de la posibilidad de que el Estado resuelva el problema de la delincuencia organizada también es muy baja: poco más de la tercera parte de los mexicanos (39%) lo cree viable, el nivel más bajo de la región, otra vez, con la excepción de Guatemala.

Los resultados de la encuesta Latinobarómetro 2011 ofrecen la radiografía de un país decepcionado con el funcionamiento de la democracia y sin esperanza de que la situación mejore en el corto plazo. Prevalece una percepción generalizada de ineficacia e incluso desinterés de las autoridades por resolver los grandes problemas del país, así como desconfianza en las élites gobernantes y empresariales, corrupción impune, además de un desdén generalizado por la legalidad.

Un diagnóstico desolador y preocupante, agravado por el ascenso incontrolado de la violencia. De acuerdo con las proyecciones de MILENIO, a fines de febrero se alcanzará la fatídica cifra de los 50 mil muertos por la guerra contra el crimen organizado. La estrategia ha resultado fallida, el ex presidente español Felipe González ha explicado la razón de forma concisa: “El problema es que la lucha contra la criminalidad organizada, en cualquiera de sus formas, es 85 por ciento inteligencia y 15 por ciento operatividad.” El gobierno de Calderón invirtió la fórmula. En consecuencia, la gobernabilidad democrática del país está amenazada y manchada de sangre. A la decepción se ha sumado la incertidumbre.
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¿Estamos decepcionados de la democracia? Empty La democracia, ¿Se consolidó?

Mensaje  Arestucompa Mar Nov 22, 2011 5:44 pm

¿Acaso la sociedad ha detentado la voluntad para seleccionar por sí misma a sus candidatos locales, regionales o nacionales? La respuesta es que no. La clase económico-política que detenta el poder siempre lo ha tenido y sólo ha conllevado un ciclo de cambios de quienes lo detentan. Para muestra basta un botón. A partir de la segunda mitad de la década de los setenta, el partido (y la clase política llamada Familia Revolucionaria), infligieron cambios para que un grupo de políticos vanguardistas asumieran el control del Estado, dejando a cuestas las políticas tradicionales que le habían dado vida al sistema político mexicano. Estos nuevos políticos asumieron como bandera ideológica el libre mercado -sin la intervención extrema del Estado-, la democracia, la apertura comercial, para culminar con una reforma del Estado apropiada a ese mundo inmenso y lleno de oportunidades, globalizador, pero lleno de oportunidades para la gente que cuenta con recursos suficientes para emprender y reactivar negocios internacionales, no para la gente de escasos recursos. La llamada tecnocracia priísta conllevaba un objetivo a fin, el cual debería dirigir al Estado mexicano a su modernización y desarrollo. Empero ese desarrollo se tradujo en aumento de la pobreza extrema, desempleo, cierre de pequeñas y medianas empresas, desatención por parte del Estado a los estratos sociales más necesitados, mayor índice de analfabetismo. En pocas palabras, una privatización atroz, que aquél que tenga los recursos suficientes sobrevivirá y aquél que carezca de ellos perecerá (no sin antes emitir su voto por el mismo grupo tecnócrata que se perfila a cuestas para reforzar el modelo económico priísta).

La sociedad votó por el PAN, principalmente por Fox, y la que no lo hizo, está a la espera del primero de diciembre para ver cómo cambiará su situación, y no política y de muchas libertades sociales, sino su nivel económico y el bienestar que tantos gobiernos priístas nos prometieron. La democracia no ha llegado aún, porque existen en el país casi 45 millones de mexicanos en extrema pobreza y otros tantos con un nivel educacional ínfimo, que hasta cierto punto no podrían emitir un voto razonado, porque si fuera así, este país ya hubiese sobrepasado la frontera del desarrollo y la organización política, no la que nos imponen como entes sociales, sino la que debemos de buscar para conseguir la dignidad humana a la que todos tenemos derecho.

Entonces, todavía preguntaría si realmente ha llegado la democracia en México, para quedarse, o sólo un nuevo grupo político se posicionó para conllevar a su beneficio propio a costa del sacrifico de todos los mexicanos.

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¿Estamos decepcionados de la democracia? Empty Re: ¿Estamos decepcionados de la democracia?

Mensaje  Admin Vie Nov 25, 2011 8:21 pm

Uno de los grandes peligros para la democracia es el poder que ejercen los medios de comunicación, en especial las televisoras, ya que en la actualidad parecen ser los fieles de la balanza, donde su influencia puede decidir incluso elecciones. Las televisoras, como empresas que son, van a buscar cadidatos a fines a sus intereses económicos y políticos, o si no los crean como a Peña Nieto.
Para profundizar sobre el tema les dejo un artículo de Héctor Tajonar publicado en Milenio diario el 5 de octubre de 2011:
El fiel de la balanza
Héctor Tajonar
2011-10-05

Una de las promesas
incumplidas de la democracia
es no haber producido
electores racionales.
Norberto Bobbio

Durante la larga y sinuosa senda de México en pos de la democracia se han producido múltiples cambios, al tiempo que se ha mantenido una continuidad de usos y costumbres ancestrales. Caso paradigmático de esa maleable mezcla de lo remoto con lo actual es el de la sucesión presidencial. El acto de seleccionar e imponer al sucesor nació en la época de los tlahtoanis mexicas, tuvo su época dorada durante el priismo hegemónico y ahora retorna con nuevos bríos a través no del presidente saliente, sino de una entidad ajena al Estado, aunque jurídicamente supeditada a él, pero con un poder creciente y sin contrapesos reales, ante el cual se pliegan los políticos de todos los partidos: la televisión. Ese nuevo fiel de la balanza en la sucesión presidencial puede tener consecuencias nefastas para nuestra democracia en ciernes.

Durante 70 años vivimos lo que Cosío Villegas llamó la “Monarquía Absoluta Sexenal y Hereditaria por Línea Transversal”, en la cual el rey en turno solía escoger a un príncipe que se le pareciera y le hubiera mostrado lealtad, con la vana esperanza de que ésta se prolongara a lo largo de su mandato o al menos le cubriera sus fechorías. Durante el periodo de la omnipotencia presidencial, el tapado era un elemento fundamental del ritual sucesorio. Se simulaba una lista de posibles candidatos con el fin de ocultar al favorito del gran elector y permitirle consultar con las fuerzas vivas reunidas en la estructura corporativa del partido oficial, así como con las cúpulas empresariales, los militares, la Iglesia y el gobierno estadunidense. Con su anuencia o sin ella, se procedía al dedazo y el destapamiento.

Calles, “Jefe Máximo de la Revolución” y creador del dedazo institucionalizado, tuvo un antecedente histórico en Tlacaélel, quien fungió como consejero y guía supremo de tres tlahtoanis: Itzcóatl, Motecuhzoma Ilhuicamina y Axayácatl. Como detentador del poder tras el trono, Tlacaélel impulsaba a su candidato a tlahtoani entre los representantes de los calpullis, sacerdotes, militares y comerciantes, para luego ejecutar el pepenalistli, es decir, el levantamiento o destapamiento del sucesor al trono mexica.

Cinco siglos después, quien ha pepenado (del náhuatl, pepena, escoger, levantar, recoger) al que se siente el seguro sucesor a la silla presidencial, es Televisa. De la misma forma en que la televisora abusó de su concesión y de su poder al cerrar su pantalla a Clouthier y Cárdenas para impulsar la victoria de Salinas de Gortari en 1988, o en la que orquestó la campaña contra López Obrador apoyada por las cúpulas empresariales y por Vicente Fox; así se ha erigido ahora en inventora y promotora del personaje Enrique Peña Nieto —con historia de amor incluida—, pasando por encima de la Constitución y las leyes electorales. Ello ha anulado la equidad del proceso electoral de 2012. Con la esperanza de remontar la distancia que los separa del candidato pepenado por la televisión, los demás aspirantes también han roto sus cochinitos para poder acceder a la Pantalla: fuente primigenia del ser político, dadora de existencia electoral para todo el que se sueñe como inquilino de Los Pinos.

La reforma electoral de 2007, que prohíbe la compra de espacio en radio y televisión con fines promocionales o electorales, ha sido pisoteada impunemente a través de infomerciales, entrevistas pagadas, encuestas arregladas y demás instrumentos del periodismo mercantilizado. Adicionalmente, las televisoras concesionadas han emprendido una campaña de desprestigio contra el Instituto Federal Electoral y han influido en el Congreso, a través de los personeros de su candidato, para postergar el nombramiento de tres consejeros del IFE. Asimismo, quieren repetir la estrategia con la que hace seis años se aprobó la ley Televisa, declarada inconstitucional por la Suprema Corte, aprovechando los tiempos electorales que ponen a todos los partidos de rodillas frente a las televisoras.

La televisión está a punto de apoderarse del Estado, no como Berlusconi en Italia, sino mediante un personaje creado por ella misma y que, de llegar al poder, gobernaría no sólo legitimado por la Pantalla, sino en calidad de aliado y socio. Uno de los secretos mejor guardados del señor Peña Nieto es el costo de su estrategia integral de comunicación iniciada hace seis años, un secreto basado en la opacidad y en la connivencia con Televisa. Como mintió en el caso de la seguridad en su estado ha mentido y mentirá acerca de ese despilfarro injustificable. ¿Merece México una democracia Titino?
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¿Estamos decepcionados de la democracia? Empty México, un país sin democracia.

Mensaje  Víctor S. Romero Lun Dic 05, 2011 5:07 pm

La democracia en nuestro país, lamentablemente ha estado siempre llena de corrupción, más allá de ser justa e imparcial ha hecho con el país y eligiendo a sus representantes, simplemente lo que quiere. Se dice que México es un país democrático pero la realidad es que este, carece completamente de ello, ya sea por una u otra causa o “fuerza”, las decisiones para elegir a un representante en cualquiera de los niveles de gobierno (Federal, estatal y municipal) ha estado marcada cada vez en mayor medida, por la corrupción y la violación de la democracia. Creo que el país ha caído además en la demagogia, ya que se vale de la palabra para convencer a las personas de que el país está en buenas condiciones y enmascarar su mal estado con halagos y “cumplidos” que no existen en realidad.
Las personas se han dado cuenta de que la democracia del país es cada vez peor y que está cada vez más afectada por la ambición de poder y de dinero. Ya actualmente, muy pocas personas creen que el país está progresando, ya que esto es muy notorio, y es verdad que las personas, después de vivir un fraude tan grande como el de las elecciones a la presidencia del 2006 pierden mucha confianza y se les queda en su percepción la idea de que el presidente que nos representa actualmente no es verdaderamente el ganador. Este anterior es un ejemplo muy claro de esta “pseudodemocrácia” pero por supuesto que si esto ocurre a niveles tan grandes, que no ocurrirá en los demás niveles de gobierno, obviamente también dichas elecciones estarán marcadas por una democracia “sucia” y corrupta.
Se podría decir que nuestra sociedad es de las que tienen menor confianza a su sistema de gobierno en esta región de América, y por su puesto tenemos razón para no tenerles confianza, nuestro gobierno es una combinación de corrupción, impunidad, acaparamiento, egoísmo, etc., en fin, es de las peores, sin temor a equivocarme, en América.
Pero lo peor de todo, es además, la incapacidad de nuestro gobierno de actuar, de cambiar estas condiciones negativas y de revertir esta mala administración del país. No les importa el bien común solo les importa, como ya sabemos, ganar y ganar más dinero. En mi opinión, el país no cambiará en mucho tiempo, con los funcionarios que tenemos actualmente, con la mala distribución de la riqueza, con toda la corrupción, la inseguridad, la mala educación que tenemos generalmente, el desempleo, en fin, con todos nuestros problemas, hasta que de verdad todos pongamos de nuestra parte.
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¿Estamos decepcionados de la democracia? Empty ¿Qué es la democracia?

Mensaje  Giselle Flores Vie Ene 27, 2012 6:32 pm

Con respecto a los artículos anteriores es tan desalentador que las personas que habitamos en este país México, no tengamos ni la menor idea de lo que realmente es vivir en un país con democracia además de que las autoridades no se interesen sobre los problemas que existen sobre corrupción y democracia; resulta fácil encontrar los problemas que atañen a nuestro país pero que difícil y casi imposible es encontrar buenas soluciones. Que importante es hacer conciencia en cada persona sobre la participación cívica porque los impulsa a saber más sobre lo que beneficia y perjudica la toma de decisiones con respecto a quien gobernara nuestro país. Somos un país de mucha desconfianza y no hacemos nada para cambiarlo.

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¿Estamos decepcionados de la democracia? Empty ¿Populismo o democracia?

Mensaje  Alex Dartanyak Crow Sáb Ene 28, 2012 2:16 pm

Aunque aún queda un largo camino por recorrer, la democracia en México se encuentra en franco proceso de consolidación. A escasos días de la elección, el resultado es todavía incierto. Una campaña presidencial cada vez más reñida es síntoma de una democracia más profunda, cuyo resultado dependerá en verdad de quienes acudan a las urnas. Y en contraste con la elección pasada, es posible que en este caso la mayoría vote por la propuesta que le resulte más atractiva en relación a lo que espera de su gobernante y no únicamente como un instrumento para sacar al PRI de Los Pinos, cuando este “cambio” significó un cambio de partido y no una mejoría en la vida del mexicano promedio.

Todos concuerdan con que Andrés Manuel López Obrador del PRD se ha posicionado como el candidato de los pobres. Esto le resulta favorable a su candidatura ya que en México 40 por ciento de la población se encuentra bajo la línea de pobreza, mientras que 20 por ciento vive en condiciones de pobreza extrema (INEGI 2004; Banco Mundial 2006). Bajo un escenario donde más de la mitad de los mexicanos se consideran pobres, el candidato con el cual se identifique esta población contará con una alta posibilidad de ser electo. Sí la mayoría decide de acuerdo a sus necesidades objetivas el resultado congruente es que aquel candidato apoyado por los pobres resulte vencedor, y un sistema donde las mayorías eligen se llama democracia.

De ahí la preocupación de los grupos privilegiados por AMLO. Dicho sector, por definición elitista, prefiere ver en el poder a alguien con quien pueda negociar, o aún mejor, a alguien que comparta su misma ideología, intereses, y preferencias, por lo que Felipe Calderón, el candidato de Acción Nacional, resulta idóneo. El mayor miedo de las élites es que llegue a la Presidencia alguien con una ideología distinta y una retórica incluyente, apoyado por las masas. Los gobiernos anteriores excluyeron sistemáticamente a la mayoría, ya sea por acción o por omisión. A pesar de hablar el lenguaje de los pobres en tiempos de campaña y en discursos oficiales, ni el PRI ni Fox pudieron mostrar avances sustanciales en materia de desigualdad y pobreza, aunque cabe mencionar que su doble discurso hizo maravillas por décadas para estabilizar a las masas, manteniéndolas al margen. Hoy, los grupos en el poder tienen miedo de perder este control.

La polarización que estamos viendo en México, más que una lucha ideológica entre derecha e izquierda, -donde de acuerdo con la teoría de la ciencia política, el PRI tendría la ventaja por estar en el centro- es una competencia entre los grupos a los que va servir el poder. La polarización actual no es sino el reflejo de la profunda desigualdad de la sociedad mexicana, donde la mayoría ha sido excluida políticamente por siglos. Esta elección se ha convertido en una de las primeras oportunidades en la que los desposeídos puedan ser representados en un sistema democrático.

Pero a la élite no le gusta la democracia cuando ésta no favorece sus intereses por encima de los de la mayoría, tildándola despectivamente de “populismo” y de un peligro para la estabilidad del país. Siguiendo el modelo americano, la campaña de Calderón pasó de las propuestas a los ataques. Dicho giro aunque efectivo, como demostraron las encuestas, está lejos del ideal de una esfera pública racional donde las mejores ideas y propuestas de gobierno son el punto de debate en una campaña política. El equipo de Calderón ha dirigido una “campaña del miedo” en contra de López Obrador, comparándolo con el presidente venezolano Hugo Chávez y calificando a AMLO como un “peligro para México.” Esta creación de incertidumbre evoca los ataques en contra de Cuauhtémoc Cárdenas en la elección de 1988 y el voto del miedo durante la elección de 1994 después del levantamiento neo-Zapatista y los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu; en ambos casos dicha estrategia probó ser efectiva en prolongar la estancia del PRI en el poder.

La comparación de López Obrador con Chávez y Evo Morales es una estrategia de campaña que puede que convenza a algunos electores y polarice a otros, sin embargo, estos argumentos no pueden ser tomados en serio por diferentes razones, entre ellas: AMLO no es ni militar ni líder indígena; no va a romper relaciones con Estados Unidos; no tiene petróleo que nacionalizar debido a que en México los ingresos por este recurso ya van al erario público; no es un personaje falto de experiencia política y de gobierno, sino al contrario, fue presidente del PRD a nivel estatal y nacional, además de ser jefe de gobierno de la metrópoli mas grande del continente durante los últimos cinco años. Su gobierno en la Ciudad de México no significó el fin del DF, sino por el contrario, hubo un cambio observable conforme el gasto publico se vio reflejado en inversión en infraestructura, educación, pensiones y empleo.

Los ataques también se han enfocado en generar la creencia irracional de que al ganar AMLO, tanto la inversión extranjera como domestica se iría del país. Pero independientemente de quien gane la carrera presidencial, la inversión extranjera continuará presente en nuestro país, porque en México las transnacionales hacen muy buen negocio. Sólo por citar un ejemplo, Citigroup, uno de los grupos financieros más grandes del mundo, recoge más del 10 por ciento de su ingreso global en México por lo que difícilmente dejará el mercado nacional, independientemente del resultado electoral.[1] Por otra parte, el que AMLO incluya a quienes han sido olvidados en México no significa que vaya a excluir a empresarios, comerciantes, inversionistas, banqueros ni al resto de la iniciativa privada nacional, como sus detractores pretenden hacer creer. Muchos inversionistas y empresarios, empezando por Carlos Slim lo saben. México representa un gran mercado y eso es lo que realmente le importa al empresariado serio. Más importantemente, AMLO, como el Presidente brasileño Lula y como lo demostró él mismo en el DF, sabe que no puede tener éxito sin el apoyo de los grandes capitales y del sector empresarial.

Otros temen que López Obrador lleve a cabo políticas que disminuyan la desigualdad en la distribución del ingreso en México. Esto incluiría una intervención dirigida del gobierno por medio de programas sociales que logren un efecto redistributivo como se han llevado a cabo en los países del norte de Europa. Asimismo, se teme una intervención gubernamental más activa en la economía, pero una política industrial más dirigida, como aquella de Corea del Sur y otros países asiáticos a través de alianzas público-privadas, podría impactar positivamente el crecimiento interno bruto y generar empleo. Que la mayoría se beneficie de un crecimiento más dinámico y de una distribución más justa de los frutos de este crecimiento no significa una crisis fiscal, ni un retorno al pasado en materia económica, ni la ruina del país. La crítica central a un populista es que da asistencia social, aumentando el déficit público, en gasto de gobierno de corto plazo. Pero ni AMLO, ni sus asesores económicos están peleados con mantener los indicadores macroeconómicos estables y las finanzas públicas sanas, mientras que sus posturas en gasto público enfocadas en infraestructura, programas sociales y educación son la mejor inversión para un crecimiento sostenible en el largo plazo.

A pesar de la retórica sobre un giro a la izquierda radical en Latinoamérica, lo cierto es que gran parte de las políticas públicas y macroeconómicas de López Obrador y de su equipo tienen una fuerte influencia neoliberal mientras que muchos de los programas propuestos por Calderón y Madrazo podrían ser catalogados de “populistas.” Al respecto, resulta interesante notar como ciertos términos de las ciencias sociales norteamericana han influido en el debate a modo que el término populista se considera hoy como un descalificativo mortal. Sin embargo, ¿qué significa ser populista? El populismo es un concepto maleable, utilizado para describir a un amplio abanico de figuras, de ambos lados del espectro político. Sirve para identificar a líderes de izquierda como Lula, a personajes autoritarios de derecha, como Alberto Fujimori de Perú, así como a aquellos líderes radicales y carismáticos como Chávez. La etiqueta es despectiva cuando representa demagogia, pan y circo, sin embargo si el populismo se refiere a la atención real de los intereses y preocupaciones del pópulo, es decir de las mayorías, entonces el populismo se asemeja a la verdadera democracia.

Independientemente de quien resulte vencedor los indicadores macroeconómicos seguirán estables en el largo plazo. Pero el modelo de desarrollo actual no ha sido conducido para llevar a un crecimiento sostenible que beneficie a todos los mexicanos. Crear mecanismos nuevos que se atrevan a ir más allá de los dogmas neoliberales para recoger los frutos del mundo globalizado como han hecho otras naciones, sólo pude ser benéfico para México y los mexicanos. Esto lo saben tanto académicos e intelectuales como hombres de negocios, que entienden que AMLO representará grandes oportunidades para hacer negocio, incentivando el sector privado al proteger y ayudar a los productores nacionales sobre intereses extranjeros, sin que esto signifique tener que privatizar recursos nacionales, expulsar a la inversión extrajera directa o cerrar las aduanas. AMLO como presidente invertiría en infraestructura y programas sociales que incrementarían el poder adquisitivo de la mayoría de la población, ampliando el mercado doméstico; esto representaría más riqueza para la población en general y mayores oportunidades para nuevos empresarios. Si las pasiones electorales se aquietan y López Obrador resultara vencedor se podría regresar a un sistema de cooperación inter-sectorial y a un crecimiento nacional más dinámico y sostenido para todos.

Esta es una oportunidad para que, continuando lo logrado en materia macroeconómica en los últimos años, se reparta más equitativamente la riqueza, para que las nuevas inversiones beneficien no sólo a unos cuantos; para que el país crezca de acuerdo a su potencial, invirtiendo en educación en vez de apostarle a la exportación de mano de obra barata como se ha venido haciendo desde el Salinismo. En suma, esta es una oportunidad para que el gobierno responda a las necesidades de la mayoría que lo eligió y no solo a los intereses de las clases privilegiadas, como históricamente ha sucedido. Esta es una difícil tarea pero por algo hay que comenzar.

El miedo a AMLO es un miedo infundado. López Obrador no es ningún santo ni un Mesías sino un político hábil y ambicioso. AMLO, como cualquiera de los que puedan resultar electos, adoptará algunas políticas públicas que resulten contraproducentes, hará declaraciones desafortunadas y será continuo blanco del ataque de los medios como lo fue Fox y lo sería cualquier presidente. Mientras tanto la vida cotidiana de los mexicanos seguirá su curso. Sin embargo, aunque la pobreza, la desigualdad y el desempleo no desaparecerán como por arte de magia, -puesto que los cambios positivos a programas sociales y políticas publicas tardan años en producir efectos- si el gobierno de AMLO logra una disminución efectiva de la inequidad y la pobreza, esto se reflejará indudablemente en una reducción en la migración, el crimen, y el desempleo y por ende en un mejor México para todos. La democracia en México se esta consolidando, como lo demuestra que más de un candidato hable sobre un gobierno más incluyente y preocupado por las necesidades de los mexicanos trabajando aquí y en el exterior. Esperemos que la democracia el próximo 2 de julio lleve a aquel candidato que mejor refleje la voluntad de la mayoría a la presidencia y que éste tenga la habilidad de gobernar generando el cambio para los que más lo necesitan.
por gutierrez flores eric alejandro 611
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¿Estamos decepcionados de la democracia? Empty LA DEMOCRACIA.

Mensaje  BothasRojas Sáb Ene 28, 2012 7:07 pm

SI EN EFECTO MUCHA GENTE CONFIABA EN QUE CAMBIADO DEL PRI AL PAN, MÉXICO TENDRÍA NUEVAS ESPERANZAS DE PROGRESAR, PUES ESTABAN CANSADOS DEL VIEJO RÉGIMEN PRIISTA.
LA ALTERNANCIA EN EL PODER NO RESULTO PORQUE LOS VICIOS DEL PODER SON MUY GRANDES EL PODER CORROMPE.
COMO SE MUESTRA EN LAS ENCUESTAS MÉXICO ES UNO DE LOS PAÍSES QUE MENOS CONFIANZA LE TIENE A LOS BANCOS, A LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS, Y QUE NO VEN RESULTADOS DE MEJORAS EN EL PAÍS.
CON RESPECTO AL ARTICULO "EL FIEL DE LA BALANZA" ES MUY CIERTO, PUES OBVIAMENTE LAS TELEVISORAS TIENEN GRAN INFLUENCIA SOBRE EL VOTO DE LOS MEXICANOS, PUES COMO LA MAYORÍA SON IGNORANTES A LO QUE ACONTECE EN NUESTRO PAIS, CUALQUIER COMENTARIO QUE SE DE EN ALGÚN PROGRAMA TELEVISIVO A FAVOR DE ALGÚN CANDIDATO A LA PRESIDENCIA O UN GOBERNADOR SERA PROBABLEMENTE A QUIEN OTORGUEN SU SIMPATÍA Y POR CONSECUENCIA SU VOTO.
VIVIMOS EN UNA ÉPOCA DONDE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SON NUESTRA CONCIENCIA.
DONDE SOLO 2 MONOPOLIOS CONTROLAN LO QUE PENSAMOS Y NOS HACEN IGNORANTES DE LO QUE EN REALIDAD PASA EN NUESTRO PAÍS, DONDE SOMOS VICTIMAS DEL CONSUMISMO, DEL MERCANTILISMO Y DONDE ESTA DE MODA EL SER CLASISTA. SOLO SOMOS SERES A LA DERIVA QUE NO MEDITAN, QUE NO ACTÚAN SOLO SOMOS MAQUINAS DE ESTA NUEVA ERA


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¿Estamos decepcionados de la democracia? Empty democracia

Mensaje  amiimell Sáb Ene 28, 2012 7:56 pm

Se supone que la democracia es una forma de gobierno, donde el pueblo tiene el poder de elegir a quien lo gobernará, sin embargo creo que esto no es aplicable al 100% en México, ya que no es secreto para nadie que el poder es un gran negocio para quien lo obtiene y es por eso que todos lo buscan a cuelquier costo.
La idea de la democracia en México me parece una buena idea, ya que da la oportunidad de decidir práctimamente el futuro del país, y creo que efectivamente muchas personas creian en la democracia, pero los resultados de malos gobiernos, los fraudes electorales y la falta de valores en general, han creado un ambiente de desilucion y desesperanza en los ciudadanos y esto los lleva a dudar de todo lo que rodea ala llamada "democracia en México" incluyendo a los funcionarios públicos y las esferas burocráticas.
Me parece que todo este proceso de democratización del país debería ser mas transparente y eficaz y que todos como responsables de nuestros actos deberíamos exigir como ciudadanos esa tranparencia, para estar seguros de depositar en buenas manos nuestras vidas. Creo que tambien hace falta que todo concientisemos sobre la falta de valores y tomemos en cuenta que el trabajo del poder, es eso, un trabajo , no solo un amanera de enriquecerse a costillas de personas que confian en nosotros.
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Mensaje  José Rodolfo Alcayde V. Sáb Ene 28, 2012 8:10 pm

Desde luego que si, estamos mas que decepcionados, estamos indignados, por toda esta forma de gobierno que no nos ha llevado a nada bueno, es cierto todo lo que se menciona, pero eso solo son datos, si bien es cierto que estamos decepcionados, bueno, ¿Que hacer?, por que no en ves de solo estar viendo día a día, semana a semana, mes con mes, este tipo de artículos que revelan, lo que ya sabemos, creo que es hora de actuar, de dejar que pensar como siempre, de dejar de echarle la culpa a los demás y tomar parte. hacer cumplir nuestros derechos, que valga cada sufragio en las elecciones que se realicen, y exigir a los gobernantes que cumplan lo que prometieron, tomar parte ya de la democracia y hacernos respetar de una vez, ¿Que es lo que esperábamos ver? que estamos solo por encima de Guatemala, y solo en algunos aspectos, o ver que en realidad somos el país con peor democracia en América latina, esto es lo que somos, pero si queremos cambiar, si queremos un mejor futuro, nadie lo va a hacer por nosotros, ai que hacerlo nosotros mismos, desde ahora, desde hoy, a partir de YA, empezando con una buena participación ciudadana, pero sobre todo ver, críticamente la situación actual del país y realizar algo para mejorarla

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