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Los usos políticos de la historia

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Los usos políticos de la historia Empty Los usos políticos de la historia

Mensaje  Admin Jue Ene 05, 2012 10:06 pm

La historia tienen diferentes funciones sociales, como dar identidad a un país creando o recreando momentos históricos con el fin de exaltar el heroísmo de ciertos personajes, y así constriur incluso leyendas y mitos nacionales que legitiman las acciones del grupo dominante (o sea, al vencedor) o ciertas políticas del gobierno.
Ejemplo de ello es la Historia del Alamo, los libros de texto de historia en Estados Unidos abarcan varias páginas describiendo la valentía de los texanos, quienes luchaban por su "libertad", contra la rapacidad del ejército mexicano, pero en el momento de describir la invasión de Estados Unidos a México y como se arrebato la mitad del territorio lo reducen a dos párrafos. ¿Por qué creen que sucede eso?
De estos usos de la historia nos habla Jesús Anaya Rosique en su artículo publicado en Milenio diario el jueves 5 de enero de 2012:
Una cadena de mentiras históricas
Jesús Anaya Rosique
2012-01-05 • Política

Noticia: antes del amanecer del 6 de marzo de 1836, el ejército mexicano a las órdenes del “generalísimo” Antonio López de Santa Anna asaltó la vieja misión de El Álamo, a unos cuantos metros de San Antonio, derrotando a sus defensores, la mayoría de ellos aventureros estadunidenses, que se habían levantado en armas contra el gobierno centralista de México persiguiendo la “independencia” de Texas (en realidad instrumentos del expansionismo yanqui). Luego de una rigurosa y exhaustiva investigación histórica, Taibo II concluye sobre esta batalla: “Un mito imperial de EU fundado en una potente cadena de mentiras”.

Esta obra es la minuciosa narración histórica de un episodio magnificado en Estados Unidos, salpicado de leyendas y versiones contrapuestas y falsas, que ha originado testimonios y documentos apócrifos, decenas de libros, películas, pinturas y absurdos objetos de culto producidos por una floreciente industria de la falsificación histórica y la fabricación comercial de supuestos héroes: Jim Bowie, Davy Crockett, William Barret Travis, verdaderos traficantes de esclavos.

Taibo se propuso averiguar en su pesquisa: “¿Quiénes reinventaron este episodio y para qué?” Una pequeña batalla de tan sólo una hora de duración con la que culminó un cerco de nueve días, donde unos 200 “independentistas”, supuestamente texanos, fueron masacrados por mil 500 soldados mexicanos, fue el principio del fin de una desastrosa campaña militar que llevó unas semanas después a la oprobiosa derrota mexicana en San Jacinto y al vergonzoso cautiverio del “Quince uñas”, la efímera separación de la “República” de Texas y su constitución esclavista, su posterior anexión a EU en 1845 y la invasión militar estadunidense de México, que mutiló más de la mitad del territorio nacional (donde hoy se asientan los estados de California, Arizona, Nuevo México, Nevada, Colorado, Utah y parte de Wyoming...) y cambió significativamente la historia de los dos países.

La “cuestión de El Álamo” ha sido una ácida controversia de académicos, editores y periodistas durante más de 160 años, una especie de inmenso “queso gruyere” repleto de agujeros y contradicciones, fuentes “envenenadas” las llama Taibo: indirectas, secundarias e inconsistentes, que no permiten saber de manera irrefutable los hechos más elementales: cuántos hombres combatieron y murieron de ambos lados, cómo fue el enfrentamiento y su duración, quiénes estuvieron realmente ahí... Un vacío histórico rellenado por Hollywood y Disney para fabricar el “mito heroico” que enmascara la vocación imperial de EU. Stephen L. Hardin, uno de los historiadores más sólidos de la reconstrucción histórica de este pasaje, afirma: “El Álamo y sus defensores forman parte del folclore norteamericano”; y Reuben Marmaduke Potter escribía ya en 1860 y 1878 que “exageraciones salvajes han ocupado un lugar en la leyenda popular... Cuando el horror se intensifica con el misterio, el producto seguro es una novela... el falso elogio puede ocasionar que se dude de los verdaderos logros de los protagonistas”. Lo que vuelve fascinante a esta batalla no es el hecho en sí, es el laberinto de versiones que se arman para estructurar la leyenda, cuyo lanzamiento masivo se haría desde el cine y la tv, precedido de una vasta ofensiva literaria.

Taibo concluye que se propuso “abrir la puerta de una inquietante historia desde la perspectiva latinoamericana (que encierra inevitablemente una rencorosa, agraviada, desconfiada visión del imperio), sin omitir a la vez una crítica de la patética actuación mexicana... Es mucho todavía lo que necesitamos saber. Mucho más”.

*Paco Ignacio Taibo II, El Álamo. Una historia no apta para Hollywood, Planeta, México 2011, $158, 248 pp.
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Mensaje  Jocelyn Gómez Velasco Sáb Ene 07, 2012 3:25 pm

Es claro que Estados Unidos nunca va a aceptar sus verdaderas ambiciones, sus errores; las medidas que toma para obtener mas poder y riquezas. Claro que lo que mas les conviene es hacerse ver como victimas de una batalla en la cual ellos fueron los únicos ganadores, batalla con la cual se no arrebato mas de la mitad del territorio que nos pertenecía, y con el cual nuestra historia y la suya cambio en gran medida; en el territorio que nos fue arrebatado se localiza muchísimo petróleo.
Lógicamente tiene que hacerse ver como victimas antes las nuevas generaciones, y tiene que utilizar un gran número de falsas hechos para tapar la verdad.
Y este tipo de actos se pueden ver también en nuestro país, por ejemplo; con las próximas elecciones para las cuales Peña Nieto, candidato por parte del PRI, es un contendiente muy fuerte, el cual aunque con los múltiples tropiezos que ha tenido, ha perdido popularidad, una parte del pueblo mexicano lo sigue apoya, sin mirar atrás en la historia y tener en cuenta aquellos 70 años en los cuales el país estuvo bajo el mandato de aquel partido, el cual solos nos trajo muchas deudas, crisis, y demás problemas.
Así como hay países que disfrazan su historia como lo es Estado Unidos, también hay otros como el nuestro con mala memoria, que le dan poco peso a su pasado y siguen cayendo en los mismos errores, países conformistas.
La historia de cada país debe tratarse con cautela, pues a ninguno le gustaría representarse antes los demás como “el malo”, es por eso que la historia puede llegar a ser engañosa, a algunos hechos no siempre se le da la importancia que merece, se esconden hechos importantes y se le da importancia a otros que no la tienen.

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Mensaje  Nubia-Pac Sáb Ene 28, 2012 11:05 pm

Me parece que éste recurso de manipular la historia de un país no solo es utilizado por Estados Unidos sino por muchos otros países incluyendo el nuestro.
Se hacen ver como víctimas porque ante la sociedad, éste tipo de víctimas son siempre quienes han sido reprimidas y quienes merecen valor por su sufrimiento, por otra parte también lo hacen para que la sociedad se identifique con estos personajes de la historia, por su dolor y su lucha contra la represión. Hacen que se crea en esa historia por la búsqueda de identificarse con algo, porque en el momento de lograr ese enlace con la historia es dificil aceptar la ruptura de eso en lo que creemos.
Se piensa que alguien que ataca, que lastima siempre es el malo, aún sin saber las verdaderas causas de los actos o en éste caso el desenlace y la reacción que tuvieron.
También me parece un problema de visión, porque de muchas disciplinas, la historia es una de las que más puntos de vista nos permite, tiene muchos ángulos diversos, como para quedarse con la opinión de una sola fuente, se tiene que investigar y analizar; porque la historia misma nos permite esa crítica y estudio.
Rosario Pacheco Karla N.

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Mensaje  Admin Sáb Oct 20, 2012 9:56 pm

En La Jornada el Dr. Pedro Salmerón Sanginés publica una columna con el título: Falsificadores de la Historia. En dicha columna, el Dr. Salmerón desenmascara la poca cientificidad, el desconocimiento de la historiografía y la manipulación de la historia de una serie de intelectuales reconocidos en la radio y la televisión (Macario Schettino, José Manuel Villalpando).
Les dejo el análisis del Dr- Salmerón y observen cómo trabajo un verdadero historiador:
Falsificadores de la historia: “rigor y seriedad”
Pedro Salmerón Sanginés

El licenciado José Manuel Villalpando ocupa desde hace años un lugar destacado entre los falsificadores de nuestra historia, por sus libros y sus programas de radio, y también porque Felipe Calderón le encargó la coordinación de los festejos del bicentenario y la dirección general del Inehrm. Villalpando suele decir que alguno de sus trabajos equivale a un doctorado en historia. Evidentemente, ignora que una tesis doctoral debe cumplir con los paradigmas metodológicos, teóricos y de crítica de fuentes propios de la historia, aspectos que no cumple ninguno de sus libros, que se caracterizan por la ausencia de fuentes de archivo, por la aceptación acrítica de las versiones que sostienen sus prejuicios y la descalificación inmediata de aquellas que los contradicen, así como la ligereza de sus juicios. Cierto es que un doctorado no da autoridad y que entre los doctores hay auténticos vividores, que en 30 años de cobrar un sueldo de nuestros impuestos han escrito uno o dos libros intrascendentes; pero que no se engañe Villalpando: ningún trabajo suyo se acerca a una mediocre tesis doctoral.

Villalpando obtuvo los jugosos cargos antes mencionados por la interesada defensa que hizo de su personal amigo Felipe Calderón, aunque a veces quiera disimularla como una particular “guerra en defensa de la historia” de “su principal enemigo: la ignorancia”, que hace a nuestra población “presa fácil de los interesados en manipular en su provecho la historia, deformándola y amoldándola a sus muy particulares ambiciones” (Batallas por la historia, p. 13)... que es justamente lo que él hace.

En efecto: participó en la campaña electoral de 2006 con dos propósitos. En tanto “historiador, para defender a la historia de la ignorancia”; como ciudadano, “para contribuir al triunfo de la opción política que considero –con fundamento en mi conciencia, en mi conocimiento histórico y en mis reflexiones– la más adecuada y conveniente para mi patria” (209). A eso yo no le pondría ningún pero, si no fuera porque en campaña mintió y abusó de la historia y posteriormente consideró que esos textos de campaña eran algo más que eso y debían convertirse en libro. Veamos algunos ejemplos.

El país se dividió, con encono, durante el proceso electoral, pero esta división no se debió a las campañas de odio promovidas por el candidato del licenciado Villalpando, sino a un candidato que quiso apoyarse en la “historia” como “legitimadora de sus ambiciones”, “manipulándola, ofreciendo una versión parcial e incompleta” para “ahondar más en la odiosa división entre buenos y malos, entre patriotas y traidores”, reviviendo “los odios de antaño”. Frente “a las provocaciones ignorantes de un caudillo”, Villalpando, como especialista, decidió actuar con “rigor y seriedad” (209-210).

Pero ¡oh sorpresa! México estaba dividido desde antes: Villalpando aprendió en su escuela, que “México siempre ha sido uno” y ya crecidito descubrió que no era así. Lo que no descubrió, porque no ha leído o entendido los tratados de geografía económica de México, es que México es un país con escasa tierra cultivable, recursos hidráulicos muy limitados y minerales poco accesibles y mal distribuidos es decir, ningún cuerno de la abundancia. El mito de la riqueza de México sustenta una serie de prejuicios de los que Villalpando abusa sin pudor: la idea de que el sur es feraz y pródigo y por tanto su gente, mestiza o indígena, partidaria de la “cultura del poco esfuerzo” –y por tanto, votó mayoritariamente por López Obrador–; y “quienes han hecho del trabajo y la productividad su divisa” ven con temor a López Obrador. En el sur, dice, había que aprovechar los elementos, los del norte tenían que dominarlos, y por eso se industrializaron (249-250). Que la plata, nuestra casi única mercancía de exportación por siglos, así como los elementos indispensables para la industrialización inicial, es decir el hierro y el carbón, se concentraran en el norte de la República, no tiene nada que ver, supongo. Que en el sur haya muy pocas tierras realmente buenas y que las que hay produzcan cosechas que exigen mano de obra superexplotada tampoco es advertido por nuestro falsificador.

Y esta ligereza en el uso de fuentes, la facilidad con la que miente e inventa sin sustento, se refleja con aún mayor claridad, como veremos en la próxima entrega, en sus programas de radio. Mientras tanto, ¿nadie le pedirá cuenta por el despilfarro –que muy probablemente esconde corrupción– de la noche del 15 de septiembre de 2010 y de la Estela de Luz?
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Mensaje  Admin Sáb Nov 10, 2012 9:55 pm

Les dejo otro artículo del Doctor Salmerón sobre todo lo que se debe tomar en cuenta al hacer un análisis histórico. El artículo se publicó en La Jornada el 10 de noviembre de 2012
Lo que los falsificadores ignoran
Pedro Salmerón Sanginés

Los falsificadores de nuestra historia ignoran u omiten de sus análisis el contexto de nuestra historia y la base sobre la que se desarrolla. De ese modo, para calumniar a Juárez tienen que aislar a México del resto del mundo, ignorando que a mediados del siglo XIX, las naciones en que se había consolidado el capitalismo industrial sojuzgaron continentes enteros.

La potencia de esa expansión imperialista se debía en primer término al acelerado crecimiento fruto de la industrialización y a elementos que se desprendían de la industria, como los navíos acorazados, la artillería industrial y la carabina rayada, que superó totalmente a todas las armas de infantería precedentes y acabó con la época de los guerreros, para dar paso a la de los soldados: es decir, hombres preparados toda una vida para matar y morir, fueron barridos por jóvenes entrenados en seis meses.

Frente a este embate, un puñado de naciones no industriales trataron de mantener su independencia, muchas veces a costa de porciones de soberanía y territorio, como la enorme China, que aceptó humillantes condiciones y cedió sus mejores puertos a los extranjeros. Los reyes de Siam, los tártaros y kirguices, los malayos y maharatos cayeron tras heroica resistencia. Etiopía se mantuvo como único enclave independiente en África, a costa de lo que hoy nos parecerían humillaciones inauditas y las jóvenes naciones hispanoamericanas lograron mantenerse independientes a costa de sacrificios, mutilaciones y concesiones.

Si uno estudia aisladamente la historia de cualquiera de nuestras naciones, imaginándolas relativamente equivalentes a las potencias, sus hombres parecen pusilánimes o traidores con nulo sentimiento nacional; su destino, enteramente dictado por las potencias. Por ello, en toda América Latina han surgido corrientes historiográficas que, al estudiar la historia fuera de contexto, sólo ven un desfile de indignidades y traiciones.

De ahí surgen las acusaciones de traidor a la patria contra Juárez: sus enemigos omiten que el Tratado MacLane-Ocampo se firmó bajo directa amenaza estadunidense, que pretendían arrebatarnos Sonora, Sinaloa, Baja California y el istmo de Tehuantepec; cuando también España metía su nariz en nuestros asuntos y Francia amenazaba hacerlo. Olvidan que, aunque nunca tuvo vigencia gracias a la astucia de Ocampo, los liberales aprendieron a no arriesgar de esa manera la soberanía y no volvieron a firmar un documento así, aunque hubo presiones parecidas en 1861-1862 y 1865-1866. Olvidan que sólo fueron eso: negociaciones con potencias amenazantes, nunca hechos positivos.

Por otro lado, los historiadores que no miran la base material sobre la que se toman las decisiones sólo ven, por ejemplo, el mapa del imperio de Iturbide y sueñan que pudimos ser potencia, sin advertir la fabulosa patraña que nos contaron sobre el mito de la legendaria riqueza de México. No advierten que nuestro país inició su vida independiente aislado del resto del mundo, con su casi única industria de exportación (la plata) en completa bancarrota, sin instituciones políticas ni movilidad social y bajo amenaza abierta de España y pronto de otras potencias. Ignoran que nuestro país tenía una densidad de población de menos de dos habitantes por kilómetro cuadrado, un analfabetismo de 90 por ciento, una esperanza de vida de 24 años y una tasa de mortalidad infantil pavorosa. Ignoran que México carecía por completo de vías naturales de comunicación, tenía muy pocas tierras agrícolas de primera calidad y hacia 1850, ningún elemento que le permitiera industrializarse (todos nuestros estudios de geografía económica comparada coinciden en lo aquí expuesto, que sonará raro a los lectores: léase a Cosío Villegas, A. Bassols, M. Bataillon o Bernardo García).

Al sólo mirar la política y las ideas, como si estas ocurrieran en el vacío, estos historiadores atribuyen únicamente a nuestra mala organización, a la falta de sentimiento de nación y, por supuesto, a las grandes traiciones del partido liberal (o del partido santaanista-conservador, en la versión opuesta y paralela), la pérdida de más de la mitad del territorio nacional entre 1836 y 1853 y la fragilidad institucional que hizo posibles las amenazas, intervenciones y agresiones de las potencias.

No, señores: lo sorprendente es que en esas condiciones, con los elementos que tenían, entre 1854 y 1867 el grupo liberal que tomó el timón de la patria y obtuvo el respaldo de importantes sectores de la población, la haya llevado a buen puerto. Lo extraordinario es que hayan construido la nación y afirmado su soberanía. Si tenemos patria, si podemos llamarnos mexicanos, se lo debemos a ellos, tanto como a los insurgentes.
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Mensaje  Monserrath Quiroz Nava Mar Abr 16, 2013 4:47 pm

Todas las ciencias yo creo que sirven a ciertos intereses, pero no por si solas, sino, es el uso que le damos nosotros.
En el caso de la historia yo creo que en la política se manipula porque uno de los requisitos para la existencia de un estado, son los sentimientos de pertenencia y nacionalismo. Para lograr esto, una forma muy sencilla es hacer sentir a todos igual al menos en como nació su nación aun que esto se logre tergiversando la información, para pintarnos una hermosa y sensible que saque lo nacionalistas de todos nosotros.

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Mensaje  René Fitzgerald Castelo Sáb Nov 16, 2013 1:54 am

"Toma a un pequeño hombre, dale el poder de un gran borrador, cambiara todo escrito, poema e historia que se haya escrito."

La historia siempre sera cambiada a favor de los que esten en el poder para así manteenr un control sobre las masas. E.E.U.U. jamas aceptara sus errores y derrotas, pues son muy orgullosos, pero en su caso se lepuede llamra sobre-orgullo. Desde que ganó la segunda guerra mundial,se ha sentido como el "rey" del mundo, es por eso que el idioma universal es el ingles.

Se basan en las ciencias sociales para asegurar y querer justificar sus acciones auqnue no acepten sus errores, ademas de que tienen un gran sentido nacionalista, por lo que siempre defenderan su patría y nación aunque sus bases sean mentiras.
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